martes, 24 de febrero de 2009

Una cura musical para el cuerpo y el ánimo


La Asociación Española Contra el Cáncer organiza un curso de musicoterapia para mujeres operadas de cáncer de mama

EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA


PURI estaba ayer feliz. Tras dos veranos sin vacaciones, por fin volvió a la playa. Y la encontró como otras veces, pero muy cambiada. Al cerrar los ojos veía las mismas escenas de siempre, pero el halo de nostalgia que lo envolvía todo terminó por despertar en su mente sentimientos encontrados. «La experiencia me ha dolido, pero merece la pena», confesaba emocionada.

Sus palabras sinceras eran escuchadas por las mujeres mastectomizadas (operadas de un cáncer de mama) que asistían al primer taller de musicoterapia organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Badajoz. Su monitora es María Solano, una joven de 25 años con voz cautivadora que sugiere en su canto un abanico de sensaciones tan amplio como profundo. «Yo llegué a la musicoterapia por motivaciones personales, me impactó tanto que dejé todo para hacer un máster con prácticas en Nueva York».

Antes de acercarse a la musicoterapia, María cursó la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Pero la educación física no la llenaba del todo y un buen día entró en contacto con esta novedosa técnica. «Esta disciplina usa el ritmo, la melodía y la armonía para establecer un vínculo de comunicación capaz de transmitir emociones».

Bajo esa compleja definición se oculta un sistema de trabajo que, a simple vista, parece de lo más sencillo, aunque no lo es tanto. De hecho, los expertos en musicoterapia son conscientes de que no todas las canciones tienen el mismo efecto en las personas. «Hay hospitales donde se utiliza la música mientras se realizan intervenciones quirúrgicas, pero ese tipo de cosas debe hacerse con mucha cautela. Una canción puede traer el mejor o el peor recuerdo de tu vida».

Por eso María organiza cada taller pensando en las personas que van a asistir. No le gustan los grupos numerosos y prefiere crear un clima de confianza y armonía que sólo se logra teniendo en cuenta las inquietudes personales.

Presentación cantada

En la sesión de ayer, la segunda desde que comenzó el curso, todo comenzó con una presentación cantada. Se trataba de saludarse y qué mejor manera de hacerlo que cantando un «hola». Luego llegó el momento de comentar la semana, exteriorizar las emociones y realizar un viaje musical tan íntimo como impactante. «Hoy me he encontrado con el mar», confesaba Puri al término de la sesión. Ella, como el resto de mujeres inscritas, ha sido operada de un tumor de mama y ahora lucha por recuperar la normalidad. «Lo del mar ha sido un poco 'chunguillo', hace dos años que no voy y hacer ese viaje me ha provocado mucha melancolía. Es cierto que me ha dolido».

Más sencillo, aunque igualmente intenso, fue su reencuentro con el baile. Hacía 17 meses que no movía el 'esqueleto' al son de la música y la experiencia la llenó de vitalidad. «Ha sido superior. Me he dado cuenta de que puedo hacer muchas más cosas de las que hago».

Esa misma intensidad la compartió Juani Vivero, una mujer de 65 años que vibra con la música. «Yo noto la energía que todavía tengo dentro. Lo mismo bailo una cosa que otra y también me ha encantado el ejercicio de relajación, he notado que mi cuerpo está muy bien».

Juani tenía claro que la musicoterapia está mejorando su estado de ánimos, sobre todo porque «te ayuda a escuchar las inquietudes de los demás y también te permite sentirte escuchada».

Ese canal de comunicación de ida y vuelta la mantiene unida desde hace tiempo a Rosa María Ramos, una mujer con la misma enfermedad con la que ha creado un vínculo de comunicación que les permite superar los momentos de dificultades. «El primer día que vine aquí le dije que iba a estar junto a ella en todo momento y el tiempo está demostrando que es así», confesaba Juani mientras tomaba con fuerza la mano de Rosa María.

Apuesta

Ana Rosas Murillo de la Cueva, presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Badajoz, se mostró feliz con la iniciativa y asegura que la apuesta por la musicoterapia y otras técnicas similares continuará en el futuro. «Es una cosa que resulta cara para la asociación, pero creemos que va a ser de utilidad».

La responsable de AECC es consciente del trauma que provoca el cáncer de mama en muchas mujeres, por eso está decidida a seguir contribuyendo al bienestar de este colectivo formado por mujeres de todas las edades.

Ana Rosas ve importante atender a las mujeres enfermas, pero también da una gran importancia a la prevención. «Los expertos afirman que los tumores de mama cogidos a tiempo se curan en el 100% de los casos».

Esa certeza hace que AECC dedique cada año una jornada al cáncer de mama y que no descuide otro tipo de tumores que también se pueden prevenir. «Ahora mismo tenemos a una psicóloga hablando a los niños de la importancia de alimentarse bien para prevenir enfermedades».

Cualquier advertencia es poca si se trata de prevenir la enfermedad, pero las mujeres que asisten estos días al taller de musicoterapia están en una fase distinta y su principal objetivo ahora es superar la enfermedad que zarandeó sus vidas.

Fuente: www.hoy.es

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